lunes, 17 de noviembre de 2008

MUCHO DRAMA EN NO HAY DRAMA: PENSAMIENTO DE FELIPE ZUVIRIA.

Tuve la oportunidad de asistir al Festival de Monólogos que coordina la señora Cecilia Propato que se presenta en el Camarín de las Musas.
Fui invitado al estreno por mi amiga Cristina Liporache, el domingo 16 de noviembre en la segunda función a las 21.30 horas.

Me he preguntado reiteradas veces que ocurre con los monólogos, muchas veces me aburren, me aburre el actor relatando, contando historias: TEATRO, historias de dramaturgos. Que pasa? No se si soy yo, no se si escucho monólogos, no se si el “actor” escucha monólogos o en realidad no.
Se van a presentar 5 piezas-monólogos.
Comienza el primero, una japonesa.
Comienza el segundo, un delirante que se come un pájaro.
Comienza el tercero una vedetonga que podría ser “el otro yo” de Cecilia Propato. Ahora que pasa con este tercer monologo que no es un monologo ya que participa otro actor, no habla, pero es presencia al fin y por lo tanto acompaña a la vedetonga, no es un monologo, son 2 personajes que interactúan (eso no es grave ya que a esta altura del evento) el actor-director, Daniel Kargieman, siempre pone un toque bizarro y causa gracia.
Comienza el cuarto monologo, nos encontramos con un loquito violador preso, que también interactúa con un segundo personaje, un cura que también: Es el talentoso Daniel Kargieman!

Hasta acá todo se desarrolla normalmente, y por cierto mediocremente, me da pena decirlo, pero es lo que pienso, mentes cerradas, cuadradas…
TEATRO?
Mas que teatro TIATRO.

Comienza el quinto monologo, me sorprendo, recuerdo a una pieza de Samuel Barclay Beckett llamada Aliento (no de las Carla Peterson, que es un capitulo aparte)
Bueno, aparece sorpresivamente un actor, la luz de sala sube, el se sienta, mira al publico 5 minutos aproximadamente (que podrían ser 15) haciendo solo un gesto gracioso y se retira, la luz continua, algunos ríen, algunos se enojan, la gente espera que algo ocurra, están expectantes.
¿Algo ocurre? La nada misma.

Un actor que se sentó y se fue de la escena dejando al publico único protagonista de un monologo que ya no era monologo, sino mas bien un espectáculo con 60 personajes mirando un escenario vacío y mirándose entre si. La luz continuó un buen rato demostrando que era parte del juego y después de unos instantes todo se apago.

Me fui alegre, me fui esperanzado.
Me fui pensando que Buenos Aires es una ciudad maravillosa llena de teatro y de tiatro, pero llena de escena al fin. Me sentí en un momento orgulloso de que pasen cosas diferentes, provocadoras desde un lugar inteligente y valiente.
Me senti en Zúrich en 1916 naciendo junto con el Dadaísmo.

Después me entere que nada de aquel monologo estaba armado y que el final de ese estreno del Festival de Monólogos llamado No hay Drama, estuvo lleno de Drama, ya se gritaron entre directores, actores y organizadores porque el actor decidió intempestivamente realizar ese hecho artístico en repudio, creo entender yo a lo que estaba viendo.
Ser testigo aquella noche de lo que ocurrió me puso muy feliz.

Me despido con un fragmento de Virtor. E. Frankl:

"...Es cierto que el hombre debe estar a solas para advertir que no esta solo, que nunca lo estuvo, debe estar a solas y solo entonces puede notar que sus monólogos son y fueron siempre diálogos..."

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Felipe,
Soy una ferviente seguidora de tu trabajo y me interesaría saber si tenés algunas opiniones que compartir sobre Solsticio.
Saludos!